Pasar al contenido principal
María Patricia Tamayo Recalde, docente del programa de Odontología
Bienestar

“Superar el COVID es una oportunidad de recomenzar, de hacer un alto en el camino”

  Juan David Martinez
Tiempo de lectura ~ 3 minutos

María Patricia Tamayo Recalde, docente del programa de Odontología de la Universidad Autónoma de Manizales (UAM), nunca pensó que el COVID fuese a tomar su cuerpo y quitarle su vitalidad.  Estuvo 29 días en una Unidad de Cuidado Intensivo (UCI), 12 de estos intubada, con pronóstico reservado y sin saber si volvería a su hogar. Hoy dice con orgullo: “Tengo una nueva oportunidad de disfrutar de la vida”.

Poco a poco la docente de la UAM se ha ido reintegrando a sus labores académicas, tanto de forma virtual- remota como de forma presencial en la Fundación IPS UAM con las prácticas clínicas y en uno de los laboratorios del programa de en el que orienta el curso de Técnicas Restaurativas II. 

Inicio del COVID

“Es una experiencia en donde uno va recorriendo un camino que se va complicando cada vez más, pero a la vez, cuando se tiene la oportunidad de salir, va llegando el momento de recuperar fuerzas y volver a tener esperanza”, cuenta María Patricia. 

Al contagiarse en el primer pico de esta pandemia, la ciudad no estaba completamente preparada para afrontar una enfermedad nueva. Fue necesario recurrir a personal médico externo para atender el caso de la docente. 

“Uno está en un espacio cerrado, solo, en un silencio total. Estuve angustiada porque se escuchaba y se veía todo lo que tenían que hacer los profesionales que atendían la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI); se vive el día a día con angustia por la situación propia y por la de las otras  personas que estaban en la misma situación”, dice la docente de Odontología. 

Siempre se aferró a la vida

El apoyo de familia, amigos, colegas, estudiantes y personal médico fue clave y fundamental para superar esta enfermedad. 

“Allí uno necesita la parte médica, no solo para mejorar físicamente, sino para recibir un saludo, unas palabras de aliento. Esto lleva a pensar en que no podemos salir de esto solos, que requerimos siempre de la ayuda de otras personas, y de que hay que trabajar siempre en equipo para mejorar cada día”, comenta María Patricia Tamayo Recalde. 

Los cuestionamientos fueron muchos en las largas horas y días de angustia que pasó en la clínica. Siempre estuvo pensando en su familia y en todo lo hecho por ella en sus años de vida. 

“Mi familia me cuenta  la experiencia tan difícil que tuvieron que vivir. El estar tan cerca a morir, en mi caso, los hizo vivir momentos de tristeza y también de mucho dolor", expresa. 

Reflexiones 

“Se espera que el resultado final de todo esto nos haga mejores seres humanos con nuestra familia, nuestros seres queridos, nuestros amigos, pero también con este sitio que habitamos, el planeta, hasta eso llega uno a pensar, a reflexionar sobre qué he hecho yo para aportar y dar gracias a este planeta por permitirnos estar aquí”, comenta la docente. 

María ignoraba la fuerza con la que esta enfermedad ataca el organismo y asumió que por tener un estilo de vida saludable, no se le haría tan difícil soportarla sin mayores complicaciones. 

“Nunca me imaginé que mi situación de salud se iba a deteriorar tanto: salí pesando 15 kilos menos y sin voz. Uno se enfrenta a mucha angustia, a mucha incertidumbre, a mucha soledad, y se aferra a Dios, a la Virgen, a mi fe". 

Ahora María Patricia continúa en un proceso de terapias para la recuperación de las secuelas causadas que le dejó el COVID-19, las cuales están encaminadas a recuperar su voz, mejorar la movilidad y fortalecer el funcionamiento cardiopulmonar. 

“Uno va recuperando poco a poco la vida, sin embargo, la vida no va a volver a ser nunca la misma. Agradezco a Dios, a mi familia y a la Universidad Autónoma de Manizales por el acompañamiento permanente”, concluye María.