La Maestría en Discapacidad de la Universidad Autónoma de Manizales participó en el IV Foro Internacional de Inclusión Social y Productiva de personas con discapacidad, organizado por la Fundación Internacional María Luisa de Moreno, que se llevó a cabo el 3 de diciembre de 2020 en conmemoración del Día Internacional de las personas con discapacidad.

Por: Carmen Liliana Ávila Rendón, docente del Departamento de Movimiento Humano, servicio de Permanencia Incluye-te UAM, y coordinadora de la Maestría en Discapacidad de la Universidad Autónoma de Manizales. 

Corresponsales UAM

El evento virtual reunió panelistas de 12 países para dialogar sobre experiencias y buenas prácticas de inclusión conforme a la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad.

Patricia Claudia Brogna, docente de la Universidad Nacional Autónoma de México, invitada internacional de la Maestría en Discapacidad, representó a la UAM con la ponencia “Panorama sobre docencia, investigación y gestión de necesidades de estudiantes con discapacidad: Actores, estrategias, redes y políticas”, en la cual planteó la propuesta de la discapacidad como campo complejo en el que confluyen la particularidad biológica y conductual, la organización económica y política y aspectos desde la normatividad y la cultura, que configuran un espacio denominado “encrucijada” en donde se construyen la discapacidad y al sujeto con discapacidad.

Teniendo en cuenta esta propuesta, la profesora enfatizó la necesidad de concebir la educación inclusiva como un derecho fundamental de todas las personas, un medio para lograr el pleno ejercicio de derechos, un principio que precisa la valoración del bienestar de los estudiantes desde el respeto a su dignidad inherente y el reconocimiento de sus necesidades particulares y de su capacidad para contribuir a la sociedad y, un proceso que requiere la eliminación de barreras y transformaciones en la cultura,  prácticas y políticas, en línea de lo propuesto por la Organización de Naciones Unidas.

La educación se considera un derecho clave; en el sistema es posible encontrar cerrojos de diferentes formas, específicamente en el campo de la discapacidad esas diferentes formas constituyen distintas dinámicas de “encrucijada”, es decir, de construcción de la discapacidad y del sujeto con discapacidad. El deber ser de las universidades y de la sociedad es generar las oportunidades para minimizar los efectos de las barreras del entorno en la participación efectiva y con calidad de toda la comunidad educativa. Cada persona de la comunidad, el directivo, el docente, el compañero, el celador, la persona de servicios generales, la familia, se encarga de que las personas con discapacidad (y todas las demás) abran la puerta hacia la inclusión productiva y social, la educación inclusiva es para todos y con todos.